Durante la quinta semana del embarazo, las hormonas son las auténticas protagonistas. El estrógeno, la progesterona y la GCH se elevan para mantener el embarazo por buen camino. Así que es posible que en esta semana empieces a sentir los efectos de estas hormonas.
Los síntomas más comunes del inicio del embarazo incluyen:
• Nauseas matutinas: pueden producirse en cualquier momento del día.
• Fatiga: la mayor parte de tu energía va a parar a tu bebé, así que es normal que te sientas cansada con frecuencia.
• Pechos sensibles: podrías sentir los pechos doloridos e hinchados.
• Micción frecuente: las hormonas en tu cuerpo aumentan el flujo sanguíneo hacia la zona pélvica y los riñones, lo que significa que vas a tener que ir al baño con más frecuencia.
En la quinta semana, algunas mujeres pueden presentar tambien:
• Cólicos: en esta etapa es normal produzcan algunos cólicos uterinos leves, podrían deberse a la expansión del útero, que hace que los ligamentos que lo sostienen se estiren. Por otro lado, también puede ser un signo de implantación embrionaria.
• Manchado ligero: este es otro signo de que el embrión se ha implantado dentro del revestimiento uterino.
Si el sangrado o los cólicos no se detienen o empeoran, puede ser necesario que recibas atención médica. Llama a tu médico si experimentas cualquier tipo de manchado, por si necesitas hacer una revisión para ver como está el bebé. Si tienes el grupo sanguíneo de factor Rh negativo, deberías ver a tu médico para evitar una posible incompatibilidad Rh.
Otros síntomas que debemos notificar a tu médico, inlcuyen:
• Nauseas y vómitos excesivos.
• Fiebre alta.
• Secreción vaginal y picazón.
• Dolor o ardor al orinar.
• Dolor en la pierna o en la pantorrilla, o hinchazón en un lado.
• Dolor de cabeza severo.
• Brotes de enfermedades crónicas.
• Dolor o cólicos abdominales.
• Sangrado.
Es importante que hagas un seguimiento de todos los cambios que ocurren en tu cuerpo mientras embarazada para buscar atención médica pronto.
Aunque tu bebé de 5 semanas todavía está muy lejos de conocer el mundo, ya está creciendo rápidamente dentro de ti. Los ocho meses que faltan pueden parecer mucho tiempo, pero, antes de que te des cuenta tendrás a tu bebé en brazos.