Los pólipos uterinos consisten en un crecimiento excesivo de tejido en el endometrio, de ahí que médicamente sean también conocidos bajo el nombre de pólipos endometriales. Provienen precisamente del tejido que recubre el útero, llamado endometrio, es decir, son pequeñas masas de tejido endometrial, con forma de bulbo, que se encuentran unidas al útero a partir de un tallo. A diferencia de los fibromas uterinos, que están compuestos de músculo duro y pueden llegar a crecer muchísimo más, los pólipos uterinos son suaves.
Estos pólipos NO suelen ser cancerosos (son benignos), aunque algunos sí pueden serlo o, con el tiempo, pueden convertirse en cáncer (pólipos precancerosos).
¿Qué síntomas producen los pólipos uterinos?
Si bien muchas mujeres experimentan sangrado uterino anormal, la realidad es que en la mayoría de los casos los pólipos uterinos tienden a ser a menudo asintomáticos. No obstante, cuando los síntomas son evidentes, suelen ser similares a los que surgen con afecciones o enfermedades más graves, como por ejemplo es el caso del cáncer de endometrio.
Los síntomas pueden incluir distintos tipos de sangrado uterino anormal, como, por ejemplo:
- Manchado o sangrado entre períodos.
- Sangrado menstrual más abundante de lo normal.
- Sangrado después del coito.
- Sangrado después de la menopausia.
Se ha demostrado que los pólipos uterinos podrían actuar de manera similar a como lo haría un dispositivo intrauterino natural (DIU), lo que evitaría que un óvulo fecundado pudiera implantarse en la pared uterina. También podría llegar a bloquear el área donde la trompa de Falopio se conecta con la cavidad uterina, evitando que los espermatozoides fueran capaces de entrar en la trompa y así encontrarse con el óvulo.
De otro lado, también se sabe que los pólipos uterinos podrían igualmente desempeñar un papel en el aborto espontáneo para algunas mujeres.
Tratamiento
Algunos pólipos uterinos pueden llegar a desaparecer solos, pero cuando el sangrado es abundante, se desea aumentar las probabilidades de embarazo, o para detectar la posible existencia de cáncer, a menudo se aconseja la realización de un legrado guiado con la ayuda de un histeroscopio.
No obstante, también podría llevarse a cabo un método algo más convencional, como es el caso del raspado del revestimiento uterino, o dilatación y legrado.
Aunque generalmente son benignos, en un 0,5-1% de los casos pueden malignizarse, especialmente durante la menopausia. El riesgo de malignidad del pólipo endometrial en la postmenopausia es variable y estaì relacionado con el sangrado uterino anormal. En los casos asintomáticos el riesgo es mínimo.
Imagen referencial: https://www.reproduccionasistida.org/