La candidiasis (flujo vaginal blanco, espeso, grumoso y picor) puede ser uno de los efectos secundarios de la terapia con antibióticos.
Los antibióticos matan no solo a las bacterias patógenas, sino también a los microorganismos beneficiosos. Esto crea un entorno favorable para el crecimiento de los hongos que causan la candidiasis o infección por hongos.
Para prevenir la candidiasis durante o después de una terapia antibacteriana, muchos médicos recomiendan la toma de probióticos.
Dichos probioticos se encuentran en algunos alimentos (yogur, requesón, kéfir, crema agria) y en medicamentos específicos y aditivos biológicamente activos.
Los probioticos ayudan a equilibrar la Flora del cuerpo, incluso en la vagina, y a prevenir la reproducción de microflora patógena.
También tienen un efecto positivo en la digestión, producen vitaminas (vitamina k, ácido fólico, entre otros) equilibran el colesterol y estimulan el sistema inmunológico.
Los medicamentos con probioticos se pueden adquirir en las farmacias, pero debes consultar con tu médico antes de tomarlos. Tu médico establecerá la dosis adecuada y la duración del tratamiento.