Si estás amamantando a tu bebé, la regla no volverá hasta que dejes de dar el pecho, aunque esto no quiere decir que estés protegida contra el embarazo. Si no das el pecho, regresará antes (en uno o 2 meses después del parto, aunque cada mujer es diferente). Hay que tener en cuenta que debido a que el ciclo menstrual comienza con la liberación de un óvulo (y no con una hemorragia) si no tomas métodos anticonceptivos correrás el riesgo de volver a quedar embarazada. Por ello, la anticoncepción suele tratarse en breve después del parto. Para reiniciar tus relaciones sexuales, consulta antes con tu médico; al principio puede ser buena idea usar un lubricante, especialmente si tienes una cicatriz debido a la epistomía. A veces puede incluso que sangres un poco, lo cual es completamente normal, aunque si esto persiste, te aconsejamos que consultes con tu ginecólogo.
La regla también puede cambiar después del embarazo (tener una mayor duración o mayor abundancia. Después de un tiempo prudencial también podrás volver a usar tampones (normalmente se aconseja reiniciar el uso de tampones al menos 6 meses después del parto, aunque según el tipo de parto, tu médico especialista puede aconsejarte algo distinto).
¿Cómo fortalecer tu suelo pélvico?
El suelo pélvico tiene cuatro funciones:
Ayudar a cerrar y abrir la uretra y el ano.
Sostiene la vejiga, útero, intestinos y el recto.
Juega un papel importante en las relaciones sexuales
Junto con el abdomen y la espalda, los músculos del suelo pélvico contribuyen a la estabilidad de la pelvis de la espalda, ayudando así a prevenir dolores en estas áreas.
Debido a la presión que durante 9 meses ha hecho el útero que albergaba a tu bebé sobre tu aparato urinario, puede haber producido en mayor o menor grado un debilitamiento de los músculos del suelo pélvico. Estos músculos son los que te ayudan a tomar control sobre el flujo de orina, y si no están fuertes pueden dar lugar pequeñas pérdidas de orina que se escapan al reír, al toser o al hacer esfuerzos (es lo que se conoce como incontinencia urinaria de esfuerzo). Si vuelves a entrenar estos músculos, puedes volver a tomar el control.
En primer lugar, es importante ser consciente de dónde se encuentran estos músculos se encuentran en la parte inferior de la pelvis, entre el hueso del pubis y el coxis. En las mujeres, la uretra, la vagina y el ano se encuentran en el suelo pélvico. En segundo lugar, es importante tomar consciencia de cuando los utilizamos: cuando estornudas, te levantas cuando estabas sentada o cuando hacemos presión para contener la salida de orina (te aconsejamos que pruebes esto en el baño para identificar los músculos: contén voluntariamente la salida de orina durante unos segundos, y continua después vaciando la vejiga). Es importante que no hagas este ejercicio habitualmente, ya que hacerlo de manera habitual puede provocar infecciones de orina, pero es una de las mejores maneras de entender de qué músculos tenemos que trabajar.
Una vez identificados los músculos del suelo pélvico, hay que ejercitarlos como mínimo 3 veces al día. Estos ejercicios los puedes realizar en cualquier lugar y momento del día y sin que nadie lo note.
Elige en primer lugar una de las posiciones recomendadas:
- De pie con las piernas ligeramente separadas.
- Sentada con las lumbares tocando al respaldo de la silla y los antebrazos apoyados en los muslos.
- Tumbada con la espalda en el suelo y las manos debajo de las nalgas.
Realiza las siguientes series de contracciones:
Contrae los músculos del suelo pélvico y aguanta 5 segundos. A medida que el ejercicio te vaya pareciendo más fácil, aumenta gradualmente el tiempo de contracción.
Inspira y espira profundamente, relajando los músculos durante 5 segundos
Repite estos ejercicios en tandas de 10, 3 o más veces al día.
En 3 meses empezarás a notar resultados, y la mayoría de mujeres han recuperado el tono de su suelo pélvico después de un año.