(Inyección intracitoplasmática de espermatozoides)
El ICSI es un procedimiento de reproducción asistida para la ayuda de la fertilización del óvulo. En la fertilización normal de los óvulos, un espermatozoide une su cabeza al exterior del óvulo y se empuja a través de la capa externa dentro del óvulo (citoplasma). Si un hombre tiene una baja calidad espermática o un bajo conteo de espermatozoides, la ICSI puede usarse para inyectar un solo espermatozoide directamente en el óvulo.
La ICSI se usa junto con la FIV (Fertilización In Vitro). Los espermatozoides de un hombre se mezclan con el óvulo de una mujer en un laboratorio para lograr la fertilización. La ICSI, sin embargo, emplea una pequeña aguja para inyectar el esperma en el centro del óvulo. Una vez que esto se completa, el proceso de FIV continúa normalmente: los óvulos fertilizados crecen en el laboratorio de dos a cinco días, después deben ser transferidos al útero de la mujer para implantarse, crecer y convertirse en un embarazo.
¿Cuándo se usa la ICSI?
La ICSI se usa para afecciones de infertilidad masculina, como:
- Baja producción de esperma
- Forma o movimiento de esperma irregular
- Esperma que tiene problemas para unirse al óvulo
- Tracto reproductivo con bloqueo que evita la liberación de esperma
- Si la FIV no puede producir la fertilización, la ICSI también puede usarse incluso cuando la condición del esperma parece normal.
Tasas de éxito de la ICSI
La ICSI fertiliza entre el 50 y el 80 por ciento de los óvulos, los resultados más bajos pueden ocurrir si la ICSI daña el óvulo, el esperma inyectado no da lugar a la fertilización, o el embrión fertilizado deja de crecer.
Una vez que ocurre la fertilización, la probabilidad de concebir un bebé, gemelos o trillizos es la misma que la FIV.
¿La ICSI afecta el desarrollo de un bebé?
Una mujer que concibe naturalmente tiene entre un 1,5 y un 3% de probabilidades de que el bebé tenga un defecto congénito importante. Sin embargo, los defectos de nacimiento después de un procedimiento de ICSI son raros y ocurren en menos de un 1% de los niños concebidos.
Ésta técnica de reproducción asistida, siendo incluida en el tratamiento de FIV (Fertilización In Vitro), ha permitido conseguir con éxito un embarazo en parejas diagnosticadas con un factor masculino severo.