Una vez nazca tu bebé, tendrás que ajustarte a un nuevo ritmo de tu vida y al de tu cuerpo. A medida que pasen las semanas, tu abdomen se irá deshinchando gradualmente. Puedes iniciar algunos masajes suaves en la parte baja de tu abdomen. Si el nacimiento ha sido por cesárea, sigue cuidadosamente los consejos que te den tu médico y/o matrona.
Durante aproximadamente las primeras 6 semanas después del parto, tu cuerpo expulsará los nutrientes que revestían las paredes de tu útero en forma de pérdida de sangre (debido a que hay muchos vasos sanguíneos en el útero). Esta pérdida de sangre se conoce como “loquios” y puede ser algo abundante al principio, además de contener pequeños coágulos de color oscuro. (Si crees que estas pérdidas duran más de lo esperado o contienen coágulos grandes, no dudes en comentárselo a tu matrona; que no te avergüence hacerlo, al fin y al cabo ella querrá ayudarte). No tengas prisa en recuperar enseguida tu forma física, ya que un exceso de ejercicio puede producir un incremento del sangrado. A medida que se vaya reduciendo el volumen de estas pérdidas, serán de un color más rosado, hasta desaparecer por completo. Si volvieses a sangrar después de este periodo, consulta con tu ginecólogo o con tu matrona.
Una vez haya desaparecido por completo el “loquios”, todavía puedes experimentar más flujo del que antes tenías, incluso es probable que este cambio permanezca en el tiempo. Es algo totalmente normal, a muchas mujeres les pasa, siempre que sea transparente o blanquecino y no desprenda más olor del habitual (en caso contrario te recomendamos visitar a un especialista). Esto es señal que tus genitales se encuentran en buen estado de lubricación, manteniendo las paredes vaginales suaves y húmedas que favorecen las relaciones sexuales y aseguran el equilibrio natural de la flora bacteriana (que a su vez actúa de barrera contra microorganismos que pudiesen causar una infección).
Por último, debido a la presión que durante 9 meses ha hecho el útero que albergaba a tu bebé sobre tu aparato urinario, puede haber producido en mayor o menor grado un debilitamiento de los músculos del suelo pélvico. Estos músculos son los que te ayudan a tomar control sobre el flujo de orina, y si no están fuertes pueden dar lugar pequeñas pérdidas de orina que se escapan al reír, al toser o al hacer esfuerzos (es lo que se conoce como incontinencia urinaria de esfuerzo). La buena noticia es que se trata de una situación en la mayoría de los casos reversible, ya que solo con volver a entrenar estos músculos, puedes volver a tomar el control. Además esto te permitirá disfrutar más de tus relaciones sexuales. Te recomendamos que practiques ejercicios del suelo pélvico como los ejercicios de Kegel.
Excelente recomendacion sobre el periodo del pos parto pues queda una con problemas ya sean vaginales pues no quedamos igual que antes de tener un.bb pues se nos presenta tambien lo que comunmente nos puede pasar el famoso Cistoceles cuando es parto normal.Gracias que hoy dia nos podemos operar y corregir muchas anomalias que nos quedan.Un y gusto en ssludarle 🤗🙅♀️👏💞