¿Alguna vez habías escuchado hablar de los condilomas?
Los condilomas son un tipo de verrugas de causa vírica que aparecen en piel y mucosas, producidas por la infección de un virus llamado Virus del Papiloma Humano (HPV).
Frecuentemente este virus provoca lesiones fácilmente visibles en forma de elementos verrugosos, rosados y blandos aislados pero que pueden confluir formando masas de superficie irregular y que van adquiriendo consistencia y color más oscuro. Pueden aparecer en cualquier parte de la región anogenital.
¿Cuáles son las causas?
La manifestación más conocida de la infección por VPH son las verrugas genitales o condilomas, aunque la mayoría de las infecciones son subclínicas o latentes (el paciente no tiene lesiones visibles y por lo tanto no sabe que está infectado y que puede infectar). El periodo de incubación varía mucho, lo habitual es de 3 a 6 meses, aunque puede ir de pocas semanas a más de un año, por lo que saber desde cuando está infectado el paciente o quién lo ha infectado es muy difícil. Se estima que un 75% de la población sexualmente activa ha tenido o tendrá infección por el VPH, un 15% presenta infección activa y solo un 1% condilomas.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico suele ser clínico, por genitoscopia o por biopsia. Las pruebas específicas para determinar el VPH (PCR) por lo general no están indicadas en el abordaje de las verrugas genitales.
Las personas pueden sufrir:
Síntomas comunes: verruga, comezón vaginal, picazón, picazón alrededor del ano o sensación de ardor en la piel
¿Cómo se puede prevenir?
Al ser una infección que se transmite por el contacto sexual (no es necesaria la penetración) el preservativo protege, pero no es ni mucho menos 100% efectivo, ya sea porque no cubre todas las superficies o por el contacto genital que hay previo a la colocación del preservativo (durante el juego amoroso).
Otra forma de prevenir la infección es la vacunación contra el virus del papiloma humano (vacuna cuatrivalente). que ya está establecida en nuestro medio para las niñas de más de 12 años (sobretodo antes de iniciar la actividad sexual) y que pronto también se aceptará para los niños.